Guatemalteca desafía a ICE y se encierra en “iglesia santuario” en Carolina del Norte

Juana Luz TobarJuana Luz Tobar de origen guatemalteco (centro), se encuentra refugiada en una iglesia en Carolina del Norte ante una inminente deportación por parte de Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La acompañan parte de su familia. Foto captada en YouTube

La guatemalteca Juana Luz Tobar, que tendría que haber dejado voluntariamente el país hoy, desafió al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) al buscar refugio en una iglesia de Carolina del Norte.

La inmigrante, residente de la ciudad de Asheboro, vive en los Estados Unidos desde hace 25 años y es madre de cuatro hijos y abuela dos nietos. Su esposo y sus dos hijos menores son ciudadanos estadounidenses.

Tobar buscó refugio en la iglesia Episcopal San Barnabas en Greensboro luego de que ICE le negara un pedido para suspender su deportación el pasado 22 de mayo.

“Tomé esta determinación porque quiero estar en este país con mi familia y con mis hijos”, dijo Tobar a Efe. “No soy una criminal. No he hecho nada malo”.

En una rueda de prensa realizada en la iglesia que le ofreció “santuario”, representantes de organizaciones como American Friends Service Committee aseguraron que lucharán por la inmigrante y su familia y han solicitado a congresistas federales por Carolina del Norte, como el senador Thom Tillis, que intercedan por la guatemalteca.

“Esto no es un paso sencillo, pero la familia estaba lista para luchar”, dijo a Efe Lori Fernaled Khamala, directora de esta organización sin fines de lucro. “Estar encerrada dentro de una iglesia tampoco es libertad. La única manera de que Juana sea libre es tenerla en su casa con su familia”, apuntó.

Para ayudar a acomodarla, el reverendo Randall Keeney instaló una ducha y acondicionó un cuarto donde hay una cama y una pequeña cocina.

“Esta decisión se tomó hablando con los miembros de la comunidad de la iglesia. Abrimos el corazón y convertimos esta iglesia en santuario. Ella puede permanecer aquí el tiempo que necesite. El mensaje para ICE y para el senador Tillis es que hagan las cosas correctas, no solo por Juana sino por todas la familias indocumentadas”, mencionó.

Mientras permanece en la iglesia, Tobar dijo que ayudará con los oficios del templo y espera mejorar su inglés para comunicarse con la congregación que le abrió sus puertas.

“Estoy muy contenta por todo el apoyo y el acompañamiento de toda estas personas. Realmente muchas de ellas no las conozco”, mencionó Tobar.

Juana, de 44 años, ha trabajado en la misma empresa textil en High Point como operador de máquinas de coser durante los últimos ocho años.

Llegó en 1992 desde Guatemala, después de haber sido amenazada por combatientes armados y solicitó asilo político, pero su caso fue negado dos años después.

Sin embargo, sus representantes apelaron la determinación y durante ese tiempo permaneció con un permiso de trabajo.

En 1999, en Guatemala, su hija mayor, Lesvi, sufrió una enfermedad que amenazó su vida y Juana abandonó Estados Unidos.

Tras la recuperación de la joven, ella regresó junto a dos de sus hijas, pero las capturaron en la frontera y le revocaron su apelación de asilo.

En 2004 las autoridades le notificaron que debía abandonar el país, pero ignoró la orden, y siete años más tarde agentes de ICE fueron hasta su trabajo y la arrestaron, pero luego la dejaron libre.

Desde entonces, Tobar se reportaba a la oficina del ICE en Charlotte periódicamente, pero el mes pasado, la agencia federal no aceptó la petición de su abogado de suspender su deportación y le instaló un dispositivo electrónico de rastreo.

Además, le ordenó prepararse para salir voluntariamente, diciéndole que tenía hasta hoy para regresar a Guatemala.

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