Mexicana pide permiso humanitario para despedirse de su esposo moribundo

Secretaria de Seguridad NacionalLa secretaria de Seguridad Interna de los Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, responde a preguntas en rueda de prensa. Los hijos de una familia inmigrante de Tucson, AZ, esperan contra el reloj que Nielsen les conceda un permiso humanitario para que su madre pueda ver por última vez a su padre, ahora moribundo. Foto Archivo EFE/Shawn Thew

TUCSON, AZ.- Los hijos estadounidenses de una inmigrante mexicana indocumentada pidieron hoy “compasión” a la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y le otorgue a su madre un permiso humanitario para que pueda entrar al país para ver por última vez a su moribundo esposo.

“No estamos pidiendo que le otorguen la residencia legal a mi madre, solo pedimos le den autorización para poder ver a mi padre, una ultima vez, un día, una hora”, dijo a Efe Bill De la Rosa, uno de los cuatro hijos de Gloria Arellano y Arsenio De la Rosa al término de una conferencia de prensa en Tucson.

La familia cuenta con el apoyo del congresista por Arizona Raúl Grijalva, quien envió una misiva a Nielsen en la que le pide que reconsidere la petición del permiso humanitario solicitado por la mujer. La familia también inició una petición en línea que ya cuenta con más de 5.000 firmas en las primeras 24 horas.

Todo comenzó en 2009, cuando, siguiendo los consejos de su abogado, Arellano Montoya viajó a México para tramitar allí su tarjeta de residencia permanente en Estados Unidos pues pensaba que sería un trámite sencillo debido a que sus cuatro hijos y su esposo son ciudadanos.

En el consulado estadounidense le informaron entonces que existe un “castigo” de 10 años para todos aquellos que han vivido en Estados Unidos de manera ilegal, como en el caso de esta mujer de 49 años.

Arellano se quedó en México para poder regresar al país de manera legal a pesar de que su hijo pequeño tenía cuatro años.

Todavía le resta uno de los diez años de “castigo” a la inmigrante mexicana, pero a su esposo, de 85 años, le quedan días de vida, según sus médicos, por lo que la familia se presentó el pasado martes en el puerto de entrada en Nogales, en Arizona, para pedir un permiso humanitario que fue denegado.

Esta no es la primera vez que Arellano solicita un permiso humanitario para ver a su esposo, pues en 2011 le otorgaron un permiso de cinco días después que su esposo sufriera un ataque al corazón.

“Mi madre ha seguido al pie la ley, salió cuando se le venció el permiso y ha seguido esperando en México. Nosotros pedimos al Gobierno tenga un poco de compasión y le permitan ver a mi padre por última vez. Creemos que él solo espera verla una última vez para después partir definitivamente”, dijo De La Rosa entre lágrimas.