Niños separados de sus padres expuestos a traumas psicológicos

Familias inmigrantes en centros de detenciónNiños cubiertos con mantas plateadas de emergencia, acompañados por algunos padres, líderes de distintas religiones y activistas de derechos humanos se manifiestan el 21 de junio de 2018, en el edificio Russell del Senado en Washington. Los menores y también sus padres sufren traumas psicológicos que necesitan atención, afirman expertos. Foto Archivo EFE/Lenin Nolly

LAS VEGAS, NV.- Las consecuencias de la separación de familias inmigrantes con niños en centros de detención en condiciones ajenas a su entorno y en riesgo de ser abusados, tienen serias consecuencias en su desarrollo y comportamiento futuro debido al trauma psicológico que supone afrontar esta situación, coinciden expertos.

Neri Roman, PhD en Resolución y Análisis de Conflictos, calificó como “intolerable e inhumano” el tratamiento que le ha dado el gobierno de Estados Unidos a cientos de niños separados de sus familias en centros de detención luego de cruzar la frontera sur para pedir asilo.

“Es una situación muy compleja para los niños porque desde el momento que le quitan a la fuerza a sus padres, que es como el pequeño se siente seguro, sufre una experiecia desgarradora porque se siente abusado y abandonado, sentimientos que experimenta por primera vez y no sabe cómo reaccionar ante esta situación”, dijo.

La psicóloga recomendó a los padres de familia en esta situación que traten de contactar a un familiar o a una persona de confianza en la ciudad donde se encuentra el niño para que le envíen cartas, juguetes, dibujos, etc, que de alguna manera los haga sentir de nuevo con ese contacto con sus padres lo que les ofrece un poco de tranquilidad.

“Esta separación a tan corta edad es fatal y es contra la ley”, afirmó Roman. “Lo único que pueden hacer los padres es darle mucho amor al niño, pasar mucho tiempo con él, hacerlo sentir que está de nuevo en casa porque lo que le han hecho es una brutalidad que no he visto en mi vida profesional”, sostuvo en entrevista con el programa de radio “Tu Voz, Tu Derecho”, de inmigración.com.

Sobre las consecuencias de esta acción, la psicóloga Roman dijo que “puede incluso llevar a los jovencitos (12 a 17 años) a sumirse en las drogas u otros peligros por haber sido sacados de su núcleo familiar”. El pequeño se encuentra de un momento a otro ante el dilema de sobrevivir en un ambiente totalmente hostil, agregó.

Reiteró que la manera en que el gobierno tiene a los niños en esos lugares no corresponde al ambiente en el que ellos deben estar. “Es un lugar con falta de sanidad, están como en una prisión y ellos van a necesitar de consejería profesional”.

Sugirió a los padres de familia que consulten a un psicólogo, que acudan a consejería en las escuelas. Tienen que estar muy atentos a las reacciones de los niños.

Advirtió que “los niños pueden tener síntomas como vómito, dejan de comer, lloran, se sienten muy sensibles, es terrible lo que han hecho con estos niños”.

Un estudio de la organización ‘Nicas Migrantes’ reveló que el 67% de los niños y familiares que pasaron por esta situación, sufren de estrés; el 58% de depresión; el 39% de dolor de cabeza permanente; el 5% de violencia intrafamiliar, como consecuencias de toda esta situación.