Nicaragua y EE.UU. dieron la espalda a los nicaragüenses del TPS

TPSEsta cifra de salvadoreños solo representan más del 7 por ciento de las 190.000 cobijados por el TPS y que tienen hasta marzo próximo para renovar el beneficio migratorio que evita su deportación y les permite trabajar en EE.UU. Foto EFE/Archivo

MANAGUA.- Nicaragua y EE.UU. le dieron la espalda a los 5.349 nicaragüenses amparados en el Estatus de Protección Temporal (TPS), el primero por no solicitar una extensión y el segundo por seguir estrategias políticas, dijo el excanciller Francisco Aguirre Sacasa, quien negoció ese beneficio migratorio en 1998.

Estados Unidos anunció el lunes la suspensión del TPS para los nicaragüenses porque Nicaragua no solicitó una extensión y porque ve mejores condiciones para su retorno.

El TPS es un estatus migratorio que el Gobierno de Estados Unidos ofrece a inmigrantes indocumentados que no pueden regresar a su país debido a desastres naturales o conflictos civiles.

“Ambos Gobiernos abandonaron a los nicaragüenses del TPS, no negociar una extensión fue un error garrafal del Gobierno de Nicaragua, y Estados Unidos también se está equivocando, porque está demostrando un sesgo antiinmigrantes característico del Gobierno de Donald Trump”, dijo Aguirre Sacasa a Efe.

De acuerdo con el exdiplomático, el Gobierno de Daniel Ortega “debió tener el TPS como una de sus prioridades”, ya que se trata de proteger a nicaragüenses afectados por el huracán Mitch en octubre de 1998, que no encontrarán mejores condiciones de vida cuando regresen a su país.

Aguirre Sacasa, que negoció el TPS cuando era embajador en Washington, también señaló el “sesgo político” como una de las razones del Gobierno de Trump, ya que este pudo manifestar en este caso lo frías que están las relaciones con Nicaragua, cuando está en camino la Nica Act, una iniciativa de ley para frenar desembolsos económicos en Nicaragua hasta que mejore la democracia.

El exembajador agregó que, con la decisión, el Gobierno de EE.UU. podría estar demostrando su posición implacable con los inmigrantes sin tomar el riesgo con una comunidad importante y, por el contrario, afectando a un grupo pequeño, como son los nicaragüenses.

La suspensión “no se justifica” porque los nicaragüenses “confiaron en la buena voluntad de EE.UU.” pagaban “impuestos, divulgaron sus ubicaciones, desembolsaron grandes cantidades cada vez que renovaron su estatus, divulgaban sus ubicaciones, hicieron todo de buena fe por obtener la Green Card (residencia permanente), su estatus no estaba oculto, no representan peligro”, dijo.

El Gobierno nicaragüense, que no se ha manifestado sobre la suspensión del TPS, ha sostenido en los últimos 10 años que la economía del país es “robusta”, gracias a un crecimiento anual por encima del 4 %, pese a mantenerse como entre los más pobres de América Latina.