Maratón de historias de “soñadores” reivindica la aprobación de “Dream Act”

DACAEl programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), ofreció un estatus legal en 2012 a unos 800.000 jóvenes que vivían indocumentados, pero el presidente actual, Donald Trump, lo suspendió en septiembre de 2017 y dejó la decisión en manos del Congreso, que tiene hasta marzo para pronunciarse. Foto EFE/Archivo

WASHINGTON.- Senadores, grupos defensores de los inmigrantes y “soñadores” celebraron ante el Congreso un “maratón de historias” en el que narraron los testimonios de esos jóvenes inmigrantes para exigir la aprobación de la ley conocida como “Dream Act”.

Óscar Juárez Luna fue uno de esos “soñadores” que contaron su historia. Nacido en Toluca, México, sus padres lo trajeron a Estados Unidos cuando era apenas un niño ya que, según narró, pese a que ambos trabajaban en su país de origen, no tenían suficiente para proveer a su familia.

“Crecí sabiendo que era indocumentado, y apenas veía a mis padres, porque trabajaban muy duro, incluso ahora, para poder darnos todo lo que necesitábamos (mis hermanos y yo)”, explicó Juárez, quien gracias al esfuerzo de sus progenitores pudo estudiar ingeniería mecánica para el Ejército.

No obstante, según dijo, cuando tuvo que dar cuenta de su número de seguridad social, inexistente en tanto que no tenía papeles, pensó que todo el trabajo que había hecho hasta ese momento “no valía nada por no tener un trozo de papel”.

“Necesitamos un Dream Act limpio, llevamos esperando 17 años, si eso no es un sentido de urgencia, qué otra cosa puede serlo”, insistió, al reiterar, además, que también es necesaria la aprobación de una reforma migratoria integral.

Verónica Fernández Díaz es una de las beneficiadas por el programa DACA, una orden ejecutiva rubricada por el expresidente Barack Obama que dotaba de alivio a la deportación a jóvenes como ella, y a la que ha puesto fin el actual mandatario, Donald Trump.

“Mi madre me trajo cuando tenía seis años, y desde entonces he crecido indocumentada”, explicó.

Para Verónica los problemas surgieron cuando quiso ir a estudiar a la universidad, cuando no sabía qué casilla marcar en su estatus, pero entonces llegó DACA y logró “ir tranquila a la universidad, aunque otros no tuvieron tanta suerte”.

Óscar, Verónica y varias decenas de inmigrantes narraron sus historias durante cerca de seis horas para reivindicar al Congreso una aprobación limpia de la llamada “Dream Act”, una ley que permitiría regularizar el estatus de estos jóvenes en el país.

El senador demócrata Tim Kaine, de Virginia, junto a Cory Booker, también demócrata por Nueva Jersey, se unió al maratón de historias, e insistió en que “la inmigración se ha convertido en una bendición” para su estado por su robusta contribución a la economía de Virginia.

“Una fuente de poder, una fuente de habilidad, una fuente de nuevas ideas, una fuente de diversidad en un país muy diverso. (…) Por eso ya es hora, es el momento de estar juntos, aprovechando las fiestas de Acción de Gracias y de Pascua”, afirmó el legislador.

“Tenemos que encontrar una solución permanente para los soñadores, y tenemos la oportunidad ahora”, reiteró.

Kaine recordó que Trump les dijo a los “soñadores” que estuvieran tranquilos, ya que dio de plazo hasta marzo para que los legisladores se pusieran de acuerdo sobre una ley al respecto, sin embargo han pasado los meses y aún no hay visos que garanticen su éxito.

El Gobierno de Trump anunció el 5 de septiembre el fin de DACA, pero la suspensión del programa no entrará en vigor hasta el 5 de marzo de 2018, periodo en el que el Congreso, el único con poder para cambiar el sistema migratorio nacional, debe aprobar una ley para aclarar la situación de los jóvenes “soñadores”.

Sin embargo, el Congreso se encuentra actualmente dividido entre los demócratas, unidos para regularizar la situación de estos jóvenes, y la mayoría de los republicanos, que condicionan su ayuda a la obtención de fondos para reforzar la seguridad en la frontera.

Algunos demócratas han propuesto supeditar la aprobación de los fondos federales, que deben concretarse antes de este viernes para no incurrir en un cierre parcial del Gobierno, a la aprobación del “Dream Act”, aunque el liderazgo republicano lo ha tachado de “ridículo”, ya que a su juicio no es tanta la urgencia al respecto debido a que todavía tienen tres meses de plazo.