La frontera refuerza la unión del pueblo contra la separación familiar

protesta frontera familias inmigrantesCientos de personas protestan contra la separación de familias migrantes celebrada hoy, jueves 28 de junio de 2018, en la ciudad fronteriza de Brownsville, Texas (EE.UU.). Foto EFE

BRONWSVILLE, TX.- Cientos de personas protestaron hoy frente a la corte federal de Bronswville (Texas), junto a la frontera con México, contra la política de “tolerancia cero” del Gobierno de Donald Trump y ante el incumplimiento de la prohibición de la separación familiar decidida la semana pasada.

En una jornada marcada por el calor, con temperaturas cercanas a los 40 grados, numerosas organizaciones reunieron a cientos de personas, incluidos niños, para expresar su malestar por la política antiinmigratoria del Gobierno Trump.

Los carteles dieron colorido a la concentración con mensajes como “Las familias deben permanecer juntas”, “Trump es el único al que deportar” o “¿Será mi hijo el siguiente?”.

Este es el caso de María Guadalupe González, vecina de la ciudad que acudió como voluntaria con su nieto para “apoyar a las personas que tienen a sus niños presos”.

Para ella, según comentó a Efe, las acciones de la Administración no son dignas de “seres humanos”.

“No creo que sea justo, no me gustaría pasar por ello, esos niños son como yo y no han hecho nada malo para estar en una cárcel”, expresó Danilo, de 9 años, que como su abuela llevaba una camiseta reivindicativa.

En las últimas semanas, las medidas aplicadas por Trump incrementaron la tensión en la frontera entre Estados Unidos y México con el aumento de las redadas y la imputación de cargos penales a los inmigrantes irregulares, lo que provocó que más de 2.300 menores fueran separados de sus familias.

Integrantes de una familia protestan contra las medidas migratorias del presidente Donald Trump durante una manifestación contra la separación de familias migrantes celebrada hoy, jueves 28 de junio de 2018, en la ciudad fronteriza de Brownsville, Texas (EE.UU.). EFE

La semana pasada, Trump firmó una orden ejecutiva para acabar con la separación de las familias, en la que no se hacía referencia ni al proceso de reunifación de las ya separadas ni al final de la presión policial.

Ante esta situación, la directora regional de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), Astrid Domínguez, lamentó que la frontera sea tratada como “una zona de guerra”, aunque advirtió a los políticos que “finalmente” todos los elementos de la sociedad están unidos para acabar con esta “injusticia”.

La unión del pueblo fue uno de los mensajes más repetidos por los portavoces de las diferentes organizaciones en defensa de los derechos de los inmigrantes que participaron en la protesta, sin olvidar tampoco humanizar el problema con el testimonio de padres que llevan varios días sin conocer el paradero de sus hijos.

El cómico Efrain “Happy” Guerrero, de origen hispano y nacido en Texas, abrió el evento con una frase que levantó el ánimo de los asistentes, a los que insistió en la importancia de votar.

“Si México fue capaz de provocar un terremoto después de que sus compatriotas celebrarán el primer gol del Mundial de Fútbol, nosotros, todos juntos, somos capaces de mover montañas o expulsar presidentes con la misma ilusión”, proclamó.

Guerrero añadió a Efe, en una entrevista posterior, que hay políticos que tienen “miedo” al poder electoral de la comunidad latina, ya que según la Oficina del Censo, se estima que los hispanos en EE.UU. serán 119 millones en 2060, el 29 % del total.

Tras los discursos, gran parte del grupo trasladó sus protestas a la misma puerta del tribunal, mientras que varias decenas de personas rodeaban el edificio animados por los coches que hacían sonar el claxon al pasar en señal de apoyo.

Los cánticos centraron entonces su protagonismo en Melania Trump, a quien entonaban “Tú no nos importas, nos importan ellos”, en referencia a la polémica chaqueta que la primera dama llevaba puesta en su visita del 21 de junio al centro de detención temporal de menores indocumentados en McAllen (Texas).

Para finalizar el acto, algunos participantes accedieron a la corte para asistir a uno de los juicios a inmigrantes indocumentados, en los que denuncian que aún se les imputan cargos penales, lo que provoca la separación posterior de sus hijos.

Sin embargo, la mayoría no pudo entrar debido a las exhaustivas restricciones de las autoridades policiales, que prohibieron todo tipo de camisetas reivindicativas y el ingreso de personas con pantalón corto o los hombros descubiertos, como ocurre, por ejemplo, en templos religiosos.