El 24 de marzo de 1982, John Fife junto con un grupo de activistas y miembros de la Iglesia Presbiteriana del Sur desafió al Gobierno federal al anunciar que sus instalaciones serían un “santuario” para los inmigrantes centroamericanos que cruzaban la frontera escapando de los denominados “escuadrones de la muerte”.

El objetivo de esta iniciativa promovida por el Departamento de Estado de EE.UU. es fortalecer la relación de trabajo y el intercambio de experiencias entre las autoridades de ambos lados de la frontera del Río Grande (llamado Río Bravo en México), que afrontan retos muy similares en el terreno del tráfico de drogas