Inmigración

Salvadoreña indocumentada cumple un año refugiada en una iglesia de Denver

PROTESTAS EN DENVER CONTRA DEPORTACIÓN DE REFUGIADOS EN SANTUARIO

Jennifer Piper (dcha.), del American Friends Service Committee (AFSC) y coordinadora de la Coalición Santuario de Metro Denver en una protesta frente a una corte federal en Denver en rechazo a la deportación de inmigrantes. Ahora, apoya a Araceli Velásquez y su familia refugiada en una iglesia de Denver. Foto archivo EFE/Francisco Miraval

DENVER, CO.- Miembros de la comunidad y dirigentes de varias organizaciones religiosas locales acompañarán el 9 de agosto a la salvadoreña Araceli Velásquez, al cumplirse un año desde que buscó refugio en una iglesia en Denver junto con sus hijos y su esposo para evitar la deportación.

“Ha sido un año de sacrificio”, aseveró Jennifer Piper, del Movimiento Santuario de Metro Denver, al explicar las actividades que tendrán lugar hoy para acompañar a Velásquez y su familia.

“La comunidad participará con un proyecto de arte y los religiosos con sus rezos. El arte se presentará una vez que termine el servicio religioso”, dijo Piper.

Velásquez llegó a Estados Unidos en 2009, con 19 años, huyendo de la violencia en su país natal y aquí se casó y tuvo tres hijos.

A principios de agosto de 2017 se refugió en la Iglesia Metodista Unida Park Hill, que comparte edificio con la sinagoga Micah, ante la posibilidad de ser deportada a El Salvador, de donde había salido debido a una “peligrosa situación”.

En este año de encierro, Velásquez ha podido reunirse dos veces con la congresista demócrata por Colorado Diana DeGette y elaboró la llamada Resolución Popular junto a otras tres mujeres que están en santuario en Colorado.

En ese documento, que Velásquez entregó a DeGette cuando se reunió con ella el 29 de mayo pasado, las tres mujeres piden una reforma migratoria “que beneficie a las familias y a las comunidades inmigrantes”.

Al invitar a la comunidad a que continúe respaldando a Velásquez, el rabino Adam Morris, del Templo Micah, dijo: “estamos junto a Araceli para que ella puede pelear para estar junto a su familia”.

Según el rabino, los rezos son necesarios para “asegurarnos que los valores de justicia y compasión vivan en el sistema legal estadounidense y en nuestra forma de vida”.

“Estamos junto a Araceli porque es lo que deben hacer los cristianos, los judíos, los estadounidenses y los humanos”, declaró.

Velásquez buscó refugio en la iglesia, al enterarse de que agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) habían ido a su casa para arrestarla luego de que ya no se le renovase el permiso para quedarse en el país.

Los intentos previos que hizo para gestionar asilo tampoco tuvieron éxito.
Ahora, la salvadoreña y su esposo Jorge viven en la iglesia/sinagoga junto con sus tres hijos de 5, 3 y 2 años.

Velásquez fue la quinta persona sin permisos migratorios que pidió santuario en Denver. Arturo Hernández y Jeannette Vizguerra (mexicanos) ya salieron del santuario.
Rosa Sabido (mexicana) e Ingrid Encalada Latorre (peruana) siguen en santuario, una en Mancos (sur de Colorado) y la otra en Boulder.

Además, después de Velásquez, Sandra López, mexicana, se refugió en una iglesia en Carbondale (en el oeste del estado) y Elmer Peña, salvadoreño, ingresó a una iglesia en Colorado Springs.

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