Inmigración

Inmigrantes aseguran que ningún muro “impenetrable” los detendrá de conquistar el “sueño americano”

agentes CBP

Los agentes de la Patrulla Fronteriza siempre están en riesgo ante la presencia de bandas de narcotráfico y de tráfico humano. En la gráfica, un agente del servicio de patrulla fronteriza reacciona junto a los prototipos del muro entre EE.UU. y México presentados el jueves 26 de octubre de 2017, en San Diego, California (EE.UU.). Foto EFE/David Maung

CALEXICO, CA.- Un hipotético muro fronterizo “impenetrable”, una de las promesas electorales estrella de la actual Administración en la Casa Blanca y cuyos prototipos fueron presentados recientemente, no reducirá las aspiraciones de los inmigrantes de conquistar el “sueño americano”.

“Nos costará un poco más de trabajo, pero de todos modos vamos a seguir cruzando, ningún muro nos va a detener”, afirmó a Efe Miguel Villa Morales, oriundo de Guerrero (México) y quien tras ser deportado lleva ya dos semanas intentando cruzar la frontera.

En la misma línea, Jorge Alejandro Morales permanece sentado frente al cerco que divide Mexicali (México) de Calexico (California, EEUU), a la espera de poder volver a cruzar la línea fronteriza, y tras haber sido deportado cinco veces.

“Hay muchas formas de cruzar, no solo saltando un muro, el desierto es muy grande. Además, si no tienes dinero te puedes ganar el cruce pasando droga, sé que no es bueno, pero es una forma de llegar”, comentó este inmigrante, nacido en Guadalajara (México) y que antes de ser deportado vivió muchos años en Los Ángeles.

Sabe que volver a California le costará más trabajo, no solo por los anuncios del nuevo muro sino porque recientemente perdió una pierna al caer del tren conocido como “La Bestia”, el ferrocarril que en su recorrido por México transporta a miles de inmigrantes de este país y de Centroamérica que buscan llegar a EEUU.

“Me llevó un año la recuperación, ahora tengo que imponerme a la prótesis, perdí mi pierna en un intento por volver a cruzar la frontera”, explicó, para luego resaltar que un hipotético muro solo hará que los inmigrantes cambien las tácticas de cruce.

A fines de octubre, el subcomisionado interino de oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Ron Vitiello, presentó en San Diego (California) los ocho prototipos del polémico muro, propuesta del presidente Donald Trump para el que aun no cuenta con el visto y bueno del Congreso.

Según ha dicho el mandatario en el pasado, él en persona espera revisar los modelos, cuatro de ellos hechos de hormigón armado, y verificar cuales cumplen con los requisitos de ser impenetrables, y difíciles de escalar o de excavar.

Altagracia Tamayo Madueño, fundadora de la Posada del Migrante Cobina, que asiste en la frontera a los indocumentados, dijo a Efe que aun con un muro más grande la “situación migratoria” no cambiará mucho.

“Lo que esta pasando es que los migrante andan desesperados para cruzar, y los ‘coyotes’ se aprovechan de esa necesidad y pues suben las tarifas. Aquí andan cobrando más de 12.000 dólares cuando antes cobraban 5.000 dólares”, reveló.

La mexicana Guadalupe, que solo se identificó así, recientemente desistió de la empresa de trasladar a su hermano al lado estadounidense a través del desierto de Arizona ya que el traficante les cobrara 16.000 dólares por el viaje.

“Es demasiado dinero”, dijo.

Tamayo aseguró que la amenaza del muro ha suscitado cierto grado de desesperación entre los inmigrantes, algunos de los cuales se apuran para cruzar la frontera antes que levanten el pretendido cerco, y de lo que toman nota, subiendo sus tarifas, los traficantes de personas.

La mujer rememoró una reciente conversación que tuvo con un “coyote”, quien le aseguró que el muro del presidente Trump no será un impedimento para que él continúe con su trabajo.

“‘Lo que va a pasar’, me dijo, ‘es que tendremos que buscar rutas diferentes. Si durábamos tres días, ahora vamos a tardar cinco en cruzarlos, o siempre habrá un corrupto de migración que nos dejará pasar'”, recordó Tamayo.

“Ya vi los prototipos, pero esto no va a detenerse con ningún muro. Eso sí, si antes pasaban 100 ‘mojados’ ahora van a pasar nada más 50, y van a pagar más”, resumió la mujer.

José Duran Pacheco, de 48 años, es otro que espera su oportunidad para volver a cruzar a Estados Unidos.

“Yo sé que se va a poner más dura la cruzada. Hace 16 años yo pasé solo por el cerco, ahora necesitas de un ‘coyote’, antes por la brincada de cerco te cobraban 1.500 dólares, ahora son 3.500 dólares”, explicó a Efe este migrante, nativo del estado mexicano de Guerrero.

afirma que son dos veces las que han intentado cruzar y ha sido deportado, pero no pierde la esperanza de lograrlo una vez más.

“Mientras se habla de muros y de Trump, uno solo piensa en cruzar, pongan lo que pongan”, recalcó.

Exit mobile version