Inmigración

Padres inmigrantes dejan de pedir comida para sus hijos por miedo a ICE

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Aunque este año habrá un número récord de organizaciones (más de 600) ofreciendo comida gratis durante el verano, se teme que la participación de hijos de inmigrantes disminuya precisamente en la época del año que más necesitan esa ayuda, porque no reciben las comidas en las escuelas. Foto EFE/Archivo

DENVER, CO.- Varios padres inmigrantes no han inscrito a sus hijos en los programas de verano de comida gratis por temor a que la información que provean pueda ser usada para su deportación, aseveró una experta local.

Anya Rose, una coordinadora de Colorado Sin Hambre (Hunger Free Colorado), afirmó que esta coalición ha registrado un creciente número de pedidos de padres inmigrantes para que se cancele la participación de sus hijos en programas de ayuda social, por temor y desinformación.

“La principal razón, dicen los padres, es el miedo de que el Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos comparta la información en la solicitud de ayuda con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE)”, afirmó Rose a Efe.

“La otra razón, creo yo, es mala información, o información distorsionada sobre el proceso de solicitar ayuda y sobre quién la puede recibir. Cualquiera que sea la razón, los niños sufren y seguirán sufriendo sin la comida en la cantidad y calidad que necesitan”, agregó.

Según Colorado Sin Hambre, en este estado casi el 15 % de los 1,5 millones de niños y adolescentes (es decir, unos 235.000 menores) padecen de hambre o de inseguridad alimenticia, es decir no saber cuándo llegará la próxima comida o de qué calidad será.

“Les decimos que la información no puede ser compartida con ninguna otra agencia del Gobierno, pero los padres no quieren pedir comida para sus hijos porque lo ven como un gran riesgo”, declaró Rose.

Por esa situación, aunque este año habrá un número récord de organizaciones (más de 600) ofreciendo comida gratis durante el verano, Rose teme que la participación de hijos de inmigrantes disminuya precisamente en la época del año que más necesitan esa ayuda, porque no reciben las comidas en las escuelas.

Y la evidencia indica que cada vez son menos las personas que piden o renuevan los vales de comida, es decir, el Programa de Suplemento de Ayuda Nutricional (SNAP), a pesar de ser elegibles por tener hijos estadounidenses y vivir por debajo del nivel federal de pobreza.

En Estados Unidos, unos 4 millones de niños hijos de inmigrantes están en esa situación, según el Departamento de Agricultura federal.

“Cuando los niños no reciben la comida que necesitan, si la situación no se resuelve, el daño físico y psicológico perdurará a largo plazo, afectando la escolaridad y el futuro de ese niño. Tener que elegir entre miedo y hambre no es elección”, aseveró Rose.

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