Inmigración

Organizaciones rechazan futura apertura de nuevo centro de detención en Texas

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Los abogados del Gobierno de EE.UU. señalaron por su parte que están en contacto tanto con el Departamento de Estado como con funcionarios de los países a los que fueron repatriados inmigrantes dentro de la demanda colectiva para "determinar la mejor manera para completar estas reunificaciones". Foto EFE/Archivo

AUSTIN, TX.- Organizaciones civiles de Texas mostraron hoy su preocupación ante el nuevo centro de detención de inmigrantes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), con capacidad para 1.000 personas, que se abrirá en el sur de ese estado, una zona en la que ya existen siete centros de este tipo.

El nuevo centro de detención se ubicará a lo largo de la carretera interestatal 1-35, ente la ciudad fronteriza de Laredo y San Antonio, una demarcación que los críticos denominan como “el callejón de detención” debido a la alta densidad de lugares de detención del ICE.

“La solución de la Administración Trump a un sistema de inmigración roto es continuar invirtiendo en centros de detención y hacer que las vidas de los inmigrantes sean miserables”, lamentó en declaraciones a Efe Carlos Duarte, director en Texas de la organización hispana Mi Familia Vota.

La construcción de este edificio federal fue filtrada hace unos días por el diario local Austin American-Statesman, que reveló que el ICE solicitó este mes a empresas privadas que presenten propuestas preliminares para esta nueva instalación.

Aunque las detenciones de inmigrantes no autorizados que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México disminuyeron desde la elección del presidente Donald Trump, las detenciones internas fueron en aumento, según datos federales.

Para Duarte, este nuevo centro de detención representa el perfil racial que las personas en el estado de la estrella solitaria “probablemente enfrentarán a menos que este tipo de iniciativas sean bloqueadas”.

Con él coincidió Cristina Parker, directora de Programas de Inmigración de Grasroots Leadership, una entidad local que aboga por la liberación de los inmigrantes detenidos, que se refirió a esta apertura como “un nuevo ataque a la comunidad de inmigrantes”.

“Otro centro de detención masivo sólo significa más deportaciones, más ataques a las comunidades de inmigrantes, más familias desgarradas y más dinero para los jefes de empresas privadas que construyen y gestionan estas prisiones y que apoyaron a Trump en las elecciones”, indicó a Efe Parker.

Esta organización consideró que si el número de deportaciones se mantiene constante o disminuye -como está ocurriendo en la frontera-, el gobierno de Trump “debe encontrar nuevas poblaciones para deportar” dentro del propio territorio estadounidense.

Por su parte, los partidarios del manejo de la inmigración ilegal que está haciendo el Gobierno de Trump aplaudieron la expansión del sistema de detención y aseguraron que es necesario arreglar un sistema roto que “deja libres a inmigrantes no autorizados mientras esperan los procedimientos legales”.

“Está claro que ICE va a necesitar más capacidad de detención porque está tratando de manejar los problemas en el sistema de asilo, va a usar un sistema de deportación más rápido y para todos esos cambios políticos van a necesitar más camas”, dijo al Austin American-Statesman Jessica Vaughan, directora de estudios de política en el Centro de Estudios de Inmigración, con sede en Washington.

Además de los siete centros de detención en la zona ya mencionada, en Texas existen un total de 24 centros de este tipo, la mayoría de ellos situados en territorios cercanos a la frontera con México.

Texas es el segundo estado con mayor población hispana y se calcula que es hogar de 1,6 millones de inmigrantes indocumentados.

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