Inmigración

Continúa llegada de menores no acompañados a EE.UU.

La Hermana Norma Pimentel dialoga con un grupo de refugiados que ha llegado al Valle de Texas tras cruzar el río Bravo. Foto Cortesía El Periódico USA

MCALLEN, TX. – Los niños que llegan hasta la frontera con Estados Unidos procedentes de países centroamericanos y otras naciones sigue siendo un grave problema social y de desplazamiento. Los menores llegan en busca de refugio enviados por sus padres huyendo de la inseguridad y de las condiciones de pobreza en las que viven, pese a los riesgos que significa cruzar la frontera y a una posible deportación.

Esta es la situación que vive casi a diario la hermana Norma Pimentel, directora de Caridades Católicas en esta ciudad, lugar donde se ofrece ayuda humanitaria a miles de niños luego de procesar su admisión tras cruzar el río Bravo y determinar el lugar al que viajarán dentro del país.

El trabajo que se realiza en este albergue ha sido de tal magnitud que recibió el reconocimiento del Papa Francisco y se invitó a la Hermana Norma a participar en un panel especial en el Vaticano representando a las Américas.

En Caridades Católicas del Valle, la hermana Norma (de espalda) con voluntarios que atienden a los migrantes que llegan procedentes de Centroamérica y otros países. Foto Inmigracion.com/ José Luis B. Garza

“Fui seleccionada como una bendición y por la gracia de Dios. El hecho de que el Valle de Texas haya dado una respuesta tan favorable para recibir a inmigrantes se conoció en todo el mundo, y se me señaló como la persona que encabezó esa obra, esa respuesta humanitaria”, dijo la hermana Norma. “Por eso creo que El Vaticano y Caridades Internacionales, al organizar ese evento mundial, pensaron en mi para invitarme”, expresó la religiosa en entrevista concedida a inmigración.com

“Se me pidió que participara en un panel. Éramos cuatro representando a Asia, Africa, Europa y Estados Unidos”, dijo.

Afirmó que la migración y los refugiados siguen cruzando la frontera como siempre. “Hay temporadas fuertes en que suben o bajan los números”, dijo al ser cuestionada si esta situación obedece a las nuevas políticas migratorias de la Casa Blanca. “Tiene que ver mucho, no tanto con el presidente de Estados Unidos, sino con la realidad que está ocurriendo en todas partes”.

“Los traficantes son los que se aprovechan para promover su negocio, para incitar a la gente que está sufriendo, que está viviendo una realidad muy difícil en su país y se ven forzados a salir para proteger a sus hijos”, precisó. “La gente sigue huyendo porque la realidad sigue siendo la misma en sus lugares de origen”, agregó.

“Hay mucho peligro para la vida de sus hijos y se arriesgan a cruzar a ver qué pasa porque es la única salida que tienen, pero eso es mejor para ellos que quedarse”, sostuvo la religiosa, conocedora del drama.

Dijo que McAllen es el punto de entrada porque es el lugar inmediato en su trayectoria de México y Centroamérica y es por donde más niños llegan aparte de Arizona o California.

La hermana Norma considera que es una realidad muy triste que se politice este tema tan sensible. De hecho, en las nuevas propuestas migratorias se incluye regresar a los niños no acompañados a cambio de que se permita la permanencia en territorio estadounidense de los “dreamers” amparados por el DACA.

Junto al Papa Francisco, la hermana Norma (izq.), durante la reunión de Caridades Internacionales en el Vaticano. Foto Cortesía de Aci Prensa

“Es muy triste que la vida de un niño que corre peligro, que no quiere regresar a su país porque está en peligro, se use como arma política, como una moneda de cambio”, expresó. “No se trata de uno o de otro, los dos son niños (“dreamer” o menor no acompañado) y los dos corren peligro si son deportados. Hay que ver por qué están aquí”.

Sin embargo, admite que siempre hay la esperanza de que mañana sea mejor. “No podemos perder la esperanza. La política siempre busca un beneficio personal, pero al final Dios va a sacar adelante a nuestro pueblo; vamos a salir adelante y eso debemos de asegurarle a la gente”.

Sobre las necesidades actuales y futuras del albergue humanitario, dijo que reciben entre 30 y 50 personas todos los días. “No han parado de venir, seguimos dando caridad y ayuda a todos los que la necesiten”.

La hermana Norma espera tener un nuevo edificio donde brindar la ayuda humanitaria que la gente merece y necesita.

 

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