Inmigración

Casos de muertes de menores en la frontera comprometen a agentes fronterizos

Fotografía cedida sin fecha donde aparece el cineasta y documentalista Charlie Minn (c), junto a su camarógrafo, entrevistando a Jesús Hernández (i.), padre del inmigrante Sergio Hernández Güereca, de 15 años, muerto por los disparos de un patrullero fronterizo el 7 de junio de 2010 en el Río Grande, fotografiados debajo del Puente Internacional Paso del Norte, Ciudad Juárez, Chihuahua, México, durante el rodaje del documental "Bullets at the border". Foto EFE/Cortesía Charlie Minn

EL PASO, TX.- El cineasta y documentalista Charlie Minn estrena este diciembre un documental sobre tres espinosos casos para el gobierno de Estados Unidos, las muertes de tres adolescentes mexicanos que comprometen a agentes fronterizos.

La cinta “Bullets at the border” (“balas en la frontera”) reabre dos casos de menores que murieron tras ser tiroteados por agentes de la Patrulla Fronteriza, y uno más que murió por la “negligencia” de los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza.

El director del documental, quien visitó en el rodaje la línea fronteriza en Ciudad Juárez, Tijuana y Nogales, ciudades mexicanas colindantes con Texas, California y Arizona, mencionó que busca crear conciencia sobre la relación, a veces desigual, entre las agencias estadounidenses de la frontera y los vecinos mexicanos.

“Los mexicanos y los agentes fronterizos de Estados Unidos no se gustan entre sí. A pesar de esto, los disparos nunca deberían ocurrir. Ha habido demasiadas pérdidas de vidas”, dijo en entrevista con Efe el cineasta nacido en Nueva York.

El documentalista se pregunta si las muertes de los dos menores fueron “asesinatos o actos en defensa propia”. En ambos casos, los jóvenes lanzaban piedras a los agentes fronterizos desde suelo mexicano y éstos les dispararon desde el otro lado de frontera.

“Hay demasiada violencia entre ciudadanos mexicanos y oficiales fronterizos estadounidenses, y eso necesita más atención y conciencia”, dijo.

Fotografía cedida sin fecha donde aparece el cineasta y documentalista Charlie Minn (c), junto a su camarógrafo, entrevistando a Jesús Hernández (i.), padre del inmigrante Sergio Hernández Güereca, de 15 años, muerto por los disparos de un patrullero fronterizo el 7 de junio de 2010 en el Río Grande, fotografiados debajo del Puente Internacional Paso del Norte, Ciudad Juárez, Chihuahua, México, durante el rodaje del documental “Bullets at the border”. Foto EFE/Cortesía Charlie Minn

Los casos son los de Sergio Hernández Güereca, de 15 años, muerto por los disparos de un patrullero fronterizo el 7 de junio de 2010 en el Río Grande, y de José Rodríguez, de 16, quien perdió la vida el 10 de octubre de 2012 de manera similar en Nogales (Sonora).

La muerte de Hernández Güereca se hizo pública luego de que una persona grabara con su teléfono móvil el momento en el que el patrullero Jesús Mesa disparara varias veces al menor.

El juarense quedó tendido en territorio mexicano, a 18 metros de distancia de la línea fronteriza.

José Rodríguez murió en Nogales luego de ser baleado desde EEUU a través del muro fronterizo por el agente Lonnie Swartz. Según datos de la autopsia, el menor recibió diez disparos, al menos ocho de los cuales le entraron por la espalda y uno le hirió en la cabeza.

El documental incluye el caso de Cruz Velázquez, de 16 años, quien el 18 de noviembre de 2013 murió tras beber metanfetamina líquida en un puerto de entrada a EEUU frente a los agentes.

El adolescente fue interrogado por los oficiales en San Ysidro, en San Diego (California), sobre el contenido de un par de botellas que llevaba en una mochila y, tras decir que se trataba de jugo de manzana, los agentes le pidieron que lo bebiera para demostrarlo.

Los cuatro sorbos que dio fueron suficientes para matarlo en medio de convulsiones y gritos en menos de dos horas.

Las tres familias interpusieron demandas legales, pero sólo el caso de Cruz ha recibido respuesta favorable del Gobierno, que casi cuatro años después de los hechos, en marzo pasado, acordó pagar un millón de dólares de compensación por “negligencia” de sus agentes.

Aunque Minn dice haber tratado de ser imparcial, cree que la versión de los testigos es lo que más acerca cada uno de estos casos a los hechos.

“Esto es muy complicado, ya que los abogados de las partes opuestos dicen cosas contrarias completamente. Es difícil determinar a quién y qué creer (…) Me inclinaría hacia lo que los testigos me dicen”, afirmó.

Para el documentalista, este tipo de casos que se suceden en la frontera de México con Estados Unidos pueden evitarse, y con ellos nadie gana al final”, aseguró.

En sus producciones, Minn ya había trocado antes el tema de la violencia, como la ola de asesinatos por la “Guerra contra las drogas” en Juárez, la matanza de junio de 2016 en una discoteca de ambiente gay en Orlando (Florida) o la desaparición de centenares de mujeres en la población industrial mexicana de Ciudad Juárez.

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