Inmigración

Campesinos denuncian que se pueden mejorar condiciones de trabajo bajo el sol

El inmigrante Victorino Villaviscencio, originario del estado mexicano de Oaxaca, recoge cilantro el 27 de enero de 2018, en una finca de Oxnard en California. Foto EFE/Archivo

LOS ÁNGELES, CA.- Diez años después de la muerte de la joven María Isabel Vázquez Jiménez por trabajar embarazada en un campo de cultivo de California a más de 100 grados Fahrenheit (38 grados Celsius) y sin acceso al agua, las condiciones han mejorado pero siguen lejos de ser las idóneas, alertan los afectados.

La muerte de la joven mexicana el 16 de mayo de 2008 generó dos demandas de la Unión de Campesinos (UFW) que provocaron que la División de Salud y Seguridad Ocupacional de California (Cal/OSHA) tomase medidas para garantizar que los trabajadores disponen de sombra adecuada para su descanso y agua potable.

Pero las organizaciones que defienden a los campesinos creen que Cal/OSHA no cuenta con las herramientas suficientes para exigir un cumplimiento de las regulaciones sobre calor a todas las empresas y los contratistas de trabajadores agrarios.

“Sabemos que todavía hay empleadores que no proporcionan agua ni sombrío a los trabajadores del campo”, señaló a Efe Estella Cisneros, abogada directora de la Oficina de Asistencia Legal Rural De California en el Valle Central.

Fotografía cedida en dónde aparece Doroteo Jiménez, tío de la joven trabajadora María Isabel Vázquez Jiménez, de 17 años, originaria de Oaxaca, México y quien estaba embarazada, y quien falleció el 16 de mayo de 2008, en Lodi, dos días después de sufrir un colapso por exceso de calor, mientras trabajaba en los campos de cultivo. Foto EFE/Hector González/UFW

En este sentido, UFW puso como ejemplo de que muchos contratistas todavía ignoran las regulaciones el caso de Maricela Hernández de Heredia, que el 2 de mayo pasado, mientras cortaba lechugas sin agua fresca ni descanso, se indispuso debido a las altas temperaturas.

Su capataz, en lugar de buscar ayuda, se burló de ella, según la denuncia del sindicato. Finalmente, la empresa llamó a una ambulancia y la trabajadora fue llevada a un hospital, donde la atendieron por deshidratación, entre otros problemas.

“Ese día pudo haber pasado lo peor”, comentó posteriormente la trabajadora.

Ella tuvo más suerte que la joven oaxaqueña que con 17 años y embarazada murió el 16 de mayo de 2008, pero su fallecimiento sirvió al menos para mejorar las condiciones de otros campesinos.

Tras su muerte, Cal/OSHA comenzó a emitir “alertas de calor” para advertir a los empleadores cuando la temperatura alcanza niveles peligrosos para la salud.

“Es importante para los empleadores revisar el pronóstico del tiempo y monitorear las temperaturas y así prepararse para períodos de alto calor”, declaró en un comunicado a Efe Juliann Sum, jefe de Cal/OSHA.

“La información debe ser utilizada para observar de cerca los trabajadores por posible tensión de calor y modificar sus horarios de trabajo según sea necesario”, indicó Sum.

Genaro Anaya, un trabajador agrario miembro de UFW, agradece que estos cambios, que implican que ahora tienen “mejores condiciones de trabajo durante el verano”.

“Podemos hablar abiertamente a nuestros supervisores sobre el trabajo durante el calor. Ellos acomodan nuestro horario poniéndonos a trabajar muy temprano en la mañana, antes de que el sol caliente demasiado”, explicó a Efe Anaya.

Además, los esfuerzos de la UFW y de los organismos de control de California se notan en algunos campos de cultivo.

“No tenemos que caminar largas distancias para conseguir agua. Esto es muy importante especialmente en los días calientes del verano”, declaró el agricultor.

La muerte de la joven oaxaqueña influyó a que entrase en vigor hace tres años una nueva regulación que obliga a empleadores a recibir capacitación y planificar las jornadas para prevenir el exceso de calor.

Como parte del arreglo, durante los períodos de máximo calor los inspectores estatales de seguridad laboral de California centran su atención en lugares de trabajo al aire libre, incluyendo los campos agrícolas.

Igualmente, tanto la UFW como la Fundación Unión de Campesinos se comprometieron a reportar a Cal/OSHA las violaciones a las normas y la agencia estatal aumentó el seguimiento a las denuncias.

“Para octubre 2016, Cal/OSHA encontró un aumento significativo en el índice general de quejas relacionadas con el estándar de prevención de enfermedades por el calor; del 63,3 % en 2015 al 73,7 % en 2016”, señaló el informe anual más reciente de la entidad.

Para 2015, según el mismo reporte, la entidad realizó 4.058 inspecciones por calor en California, principalmente en la industria agrícola y de la construcción, encontrando 763 violaciones.

No obstante, el mismo informe reportó que sólo el 62 % de los empleadores agrícolas cumplía en 2016 con las regulaciones sobre calor, aunque ese año Cal/OSHA solo registró una muerte atribuida al calor.

Exit mobile version